lunes, 6 de abril de 2009

Cristo, esperanza viva

Para muchas personas apegadas al tradicionalismo de las creencias, Cristo nace en diciembre de cada año y muere en semana santa. Es muy conveniente para ellos disfrutar con alegría esa natividad del Señor con comidas, bebidas alcohólicas, fiastas, golosinas, regalos, entre otras actividades no menos llenas de "alegría".

De un modo similar pasa con la Semana Santa: para muchos es un tiempo de solaz, de descanso después de un tercio de trabajo del año presente y hay que aprovechar el momento para irse de playa, sexo, alcohol, bailes, viajes, deportes, etc. Aunque el tradiconaismo religioso lo ve en el otro extremo, es decir, sufren el inmenso dolor del Cristo crucificado en la pasión del Gólgota.

Es como si se acordaran del peso de sus culpas y sufren con esa crucifixión hasta el punto de sentirse redimidos cuando se presenta la resurrección, siguiendo el modelo de las películas de Hollywood. Pero ese Cristo nació una vez en carne y sangre humanas y resucitó una vcz y para siempre en forma divina.

Ese Cristo resucitado es la esperanza de salvación, de paz, de luz, de verdad y de vida eterna. Deja a un aldo el goce material que sólo te satisface un momento y ven al goza espiritual que es capaz de llenar el vacío existencial que todos sentimos. Cristo es esa fuente de gozo. Ven y maravíllate en él. Ven, que él está a la puerta de tu alma, sólo tienes que abrir tu corazón y él entrará en ti y tú en él. Amén.