domingo, 4 de marzo de 2012

Acción de gracias


El Salmo 57: 7-11 nos habla de cómo un cristiano agradecido debe glorificar el Santo Nombre de Dios. Alabar a Dios por sus múltiples misericordias, cantarle con un corazón agradecido a ese Dios de bondad y amor. Exalta a Dios por encima de todas las cosas, alábale con toda tu alma, todas tus fuerzas, todo tu corazón, porque Él es el fiel, fuerte, poderoso, invencible...

Dice así su Santa Palabra: 
 7 Pronto está mi corazón, oh Dios, mi corazón está dispuesto; 
    Cantaré, y trovaré salmos.
     8 Despierta, alma mía; despierta, salterio y arpa;
    Me levantaré de mañana.
     9 Te alabaré entre los pueblos, oh Señor;
    Cantaré de ti entre las naciones.
     10 Porque grande es hasta los cielos tu misericordia,
    Y hasta las nubes tu verdad.
     11 Exaltado seas sobre los cielos, oh Dios;
    Sobre toda la tierra sea tu gloria.

viernes, 2 de marzo de 2012

Súplica confiada


  El Salmo 57 nos habla de cómo un creyente tiene plena confianza en ese Dios misericordioso a quien servimos. Un Dios que nos ampara no importa en qué situación difícil nos encontremos. Un Dios que escucha cada súplica y favorece con el poder de su bendición. Alabemos al Dios verdadero, el Dios de gloria, el Dios de amor. Envía Señor tu misericordia y sálvanos. Gracias Señor Jesús por servir entre el Padre y nosotros. Amén.
El Salmo 57: 1- 5 dice así: "Ten misericordia de mí, oh Dios, ten misericordia de mí; Porque en ti ha confiado mi alma, Y en la sombra de tus alas me ampararé Hasta que pasen los quebrantos. Clamaré al Dios Altísimo, Al Dios que me favorece. El enviará desde los cielos, y me salvará De la infamia del que me acosa; Selah Dios enviará su misericordia y su verdad. Exaltado seas sobre los cielos, oh Dios; Sobre toda la tierra sea tu gloria".

miércoles, 22 de febrero de 2012

En Dios confío y no temo

El Salmo 56 nos habla del valor de la confianza en Dios y cómo ésta nos lleva a no sentir temor. El temor es producto del miedo, de la ignorancia y de la falta de confianza en nuestro Señor. Jehová es un Dios de amor, de bondad y de misericordia. El es nuestro apoyo, nuestro escudo en medio de la adversidad. Dios te da la vida eterna a través de Jesucristo. Confía en Dios y no temas, por el contrario, órale como un hijo le habla a un padre y Él te responderá como un padre que ama a su hijo. El salmo 56 dice así: 3 En el día que temo, Yo en ti confío 4 En Dios alabaré su palabra; En Dios he confiado; no temeré; ¿Qué puede hacerme el hombre? 10 En Dios alabaré su palabra; En Jehová su palabra alabaré. 11 En Dios he confiado; no temeré; ¿Qué puede hacerme el hombre? 12 Sobre mí, oh Dios, están tus votos; Te tributaré alabanzas. 13 Porque has librado mi alma de la muerte, Y mis pies de caída, Para que ande delante de Dios En la luz de los que viven.

lunes, 13 de febrero de 2012

Un amor bendecido por Dios

El amor de Dios en cada uno de nosotros nos lleva a escoger la pareja idónea que nos acompañará el resto de nuestros días. La Biblia nos dice en 2 Corintios 6:14 “No os unáis en yugo desigual”. El Señor quiere que Cristo sea el centro de nuestras vidas y como tal que lo reflejemos en nuestro accionar diario. La palabra es clara cuando habla del trato entre un hombre y una mujer. Efesios 5:25 dice “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella” y el 33 dice: “Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido” La Biblia no se queda atrás con la exhortación a la mujer. 1 Pedro 3:1-2 nos dice: “Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, considerando vuestra conducta casta y respetuosa”. El detalle más importante sobre cómo un hombre debe tratar a una mujer lo expresa el versículo 7 cuando dice: “Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo”. Hombre, trata a tu mujer como la ayuda ideal que el Señor ha diseñado para ti. Amala, cuídala, disfruta de la vida junto a ella.

domingo, 12 de febrero de 2012

El inmenso amor de Dios

Febrero es un mes propicio para reflexionar sobre el amor. Un amor que es como una fuente de energía que se desprende del mismo Dios para que establezcamos una perfecta relación con los demás. En 1 Juan 4:7 dice que "hermanos, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. 8 El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor. 9 En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él". El amor viene de Dios... Dios es amor. El amor no es solo un sentimiento, es un regalo de Dios para con nosotros, porque Él nos ama, por eso envía a su hijo Jesucristo para creamos en él y a través de Él alcancemos la salvación. Pero ese inmenso amor no puede estar pasivo, es algo que se convierte en práctica de vida. Si amas, no solo dilo, demuéstralo con acciones. 1 Corintios 13 te dice lo que no es el amor: "envidia, jactancia, envanecimiento, indebido, egoísmo, irritarse, rencor, injusticia" muy por el contrario, te dice que el amor "se goza en la verdad, todo lo soporta, todo lo cree, todo lo espera". El amor es un precioso sentir, un hermoso reflejo del inmenso amor que Dios nos tiene. Hazlo realidad con tus seres queridos, con tu prójimo y hasta con tus enemigos. Pero primero, devuélveselo a Dios en alabanzas y oración. Deuteronomio 6:5 dice "Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas". Amén.

domingo, 5 de febrero de 2012

En ti yo confiaré

El Salmo 55 nos invita a confiar plenamente en Dios, no importa tu condición, ven con actitud reverente, pide perdón y muestra el deseo de ser transformado, ora en todo tiempo, él te sustentará, no importa qué tan mal te sienta ni qué tan desprotegido te percibes, Jehová, Dios te salvará te todo lo malo y te conservará para vida eterna. Cristo es el camino, por su sacrificio en la cruz nos liga directamente con Dios y nos perdona de pecado. Confía, ten fe y espera en Dios. "16 En cuanto a mí, a Dios clamaré; Y Jehová me salvará. 17 Tarde y mañana y a mediodía oraré y clamaré, Y él oirá mi voz. 18 El redimirá en paz mi alma de la guerra contra mí, Aunque contra mí haya muchos. 22 Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará; No dejará para siempre caído al justo. 23 … Pero yo en ti confiaré".

sábado, 28 de enero de 2012

Mi Señor me sostiene

El Salmo 54 nos dice que el cristiano debe poner toda su fe, esperanza y confianza en Dios. El Señor nos sostiene con su infinita misericordia y no nos dejará caer en las trampas del mal. La oración es la clave de contacto directo con Jehová: nuestra ayuda, nuestro sostén, nuestra salvación, nuestra defensa. Pon en el Señor tu situación por difícil que sea y confía en Él, sin olvidar que alabar su santo nombre es bueno. La palabra de Dios dice que: 1 Oh Dios, sálvame por tu nombre, Y con tu poder defiéndeme. 2 Oh Dios, oye mi oración; Escucha las razones de mi boca. 4 He aquí, Dios es el que me ayuda; El Señor está con los que sostienen mi vida. 6 Voluntariamente sacrificaré a ti; Alabaré tu nombre, oh Jehová, porque es bueno.

domingo, 22 de enero de 2012

El amor de Dios dura por siempre

El Salmo 52 habla de cómo la misericordia de Dios nunca nos abandona. No importa que otros se muestren victoriosos en su maldad, tarde o temprano serán consumidos por la justicia divina. Confía en la misericordia de Dios que dura para siempre. Alaba a Jehová, tu Dios, espera en su justicia. Se feliz en el amor de Cristo Jesús. La Biblia en su santa palabra dice así en Salmo 52, versículos del 6 al 9: 6 Verán los justos, y temerán; Se reirán de él, diciendo: 7 He aquí el hombre que no puso a Dios por su fortaleza, Sino que confió en la multitud de sus riquezas, Y se mantuvo en su maldad. 8 Pero yo estoy como olivo verde en la casa de Dios; En la misericordia de Dios confío eternamente y para siempre. 9 Te alabaré para siempre, porque lo has hecho así; Y esperaré en tu nombre, porque es bueno, delante de tus santos.

sábado, 21 de enero de 2012

Anhelo de renovación interior

Hay en cada ser humano consciente de su vida espiritual un anhelo de ser transformado por el Señor. Un ferviente deseo de cambiar para bien, de ser alguien en la vida que inspire confianza, de ser agradable al Cristo Vivo. Por eso, esta lectura nos presenta al salmista en el Salmo 51 versículos del 8 al 17. El anhelo de David de ser renovado por Dios. Dice la Biblia: 8 Hazme oír gozo y alegría, Y se recrearán los huesos que has abatido. 9 Esconde tu rostro de mis pecados, Y borra todas mis maldades. 10 Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí. 11 No me eches de delante de ti, Y no quites de mí tu santo Espíritu. 12 Vuélveme el gozo de tu salvación, Y espíritu noble me sustente. 13 Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos, Y los pecadores se convertirán a ti. 14 Líbrame de homicidios, oh Dios, Dios de mi salvación; Cantará mi lengua tu justicia. 15 Señor, abre mis labios, Y publicará mi boca tu alabanza. 16 Porque no quieres sacrificio, que yo lo daría; No quieres holocausto. 17 Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.

domingo, 8 de enero de 2012

Súplica del Pecador Arrepentido

Tenemos a bien presentarles la primera parte del Salmo 51 versículos del 1 al 7 donde se muestra a una persona consciente de sus pecados, quien ha tomado la firme decisión de pedir perdón, de querer ser limpiado. Sólo la sangre de Cristo derramada en la cruz puede perdonarnos de pecado. Entrégale tu vida al Señor, deja que él entre a tu vida para que seas transformado y te conviertas en un verdadero triunfador en la vida, no solo terrenal sino para vida eterna a través de Cristo Jesús. 1 Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. 2 Lávame más y más de mi maldad, Y límpiame de mi pecado. 3 Porque yo reconozco mis rebeliones, Y mi pecado está siempre delante de mí. 4 Contra ti, contra ti solo he pecado, Y he hecho lo malo delante de tus ojos; Para que seas reconocido justo en tu palabra, Y tenido por puro en tu juicio. 5 He aquí, en maldad he sido formado, Y en pecado me concibió mi madre. 6 He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo, Y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría. 7 Purifícame con hisopo, y seré limpio; Lávame, y seré más blanco que la nieve.