sábado, 3 de diciembre de 2011

Jesús y el bastón de caramelos parte II

Antecedentes: en la primera entrega de esta historia veíamos que un bastón que sirve de apoyo y defensa para un pastor sirve de modelo para crear la historia del bastón de caramelos. Un bastón que si le damos vuelta se convierte en una J con la que comienza el nombre de Jesús. Según continúa la historia, el confitero que creó dicho bastón lo elaboró con franjas anchas de color rojo en la caña de azúcar que representan la sangre de Jesús derramada en la cruz para que cada uno de nosotros pudiéramos tener la vida eterna por medio de él. Él nos restaura y nos limpia con su sangre derramada - lo único que puede lavar nuestros pecados. Así la Biblia nos lo dice en Lucas 22:20 "De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama". También dicho bastón posee unas franjas blancas en la caña de azúcar que representan el nacimiento de Jesús producto de una virgen y su vida pura y sin pecado. Él es el único ser humano que nunca, que nunca ha cometido un solo pecado, a pesar de que fue tentado igual que nosotros. Así lo expresa la Biblia en 1 Pedro 2:22 cuando dice: "El cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca". Un bastón de caramelo adornado con franjas rojas que representan la sangre derramada por Jesús en la cruz como sacrificio para que tengamos vida eterna con franjas blancas que representan la vida pura y sin mancillas que tuvo en la tierra, que aun teniendo ocasión de pecar, no pecó. Sigamos el ejemplo de Jesús: el Salvador, el Mesías, el Cristo, el Enmanuel... que se sacrificó por la humanidad para que todo aquel que en él crea no se pierda, mas tenga vida eterna como dice Juan 3:16.

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